bernardo cortes vicencio

ZONA CERO

 

 Los  décimos resplandores grises.

 

La espesa corbata de los humos violentos.

 

 La suma obscura de los fragmentos corporales

 arrasa estremecimientos campanarios sobre la tierra

 inadvertido rocío de los óxidos.

 

Los empíreos puntos cardinales de los poros

me tragan en  el marco resquicio sudoroso.

 

El autismo biológico de esta placa combustión

             substancia jadeante a vapor

                       eructos del tiempo

           caen en los deslaves combos de esta ciega ovulación

      y me quema su ignición a plomo en que respiro 

y me corroe  la calefacción química. . .

                                                             . . .cuando suspiro.

 

El brasero termoeléctrico de las fábricas

es la cría nocturna de los plásticos

convulsiona el turbio  perfil sobre el iridiscente oleaje de los sismos

invisibles residuos en la calvicie de los vientos.

 

En mis labios calcinados se concentra el carbón derivado.

 

La irritante mucosa de los fríos bronquiales

ha sido la simbiosis biológica de la especie

fumigando  viscoso insecticida a los glaciares

gastándose la cabellera del horizonte.

 

En las verdes pupilas

 los roces sombríos de la mina

la axila de la masa son círculos de poción  ingerida

etéreo  depredador  indivisible

en la quinta instancia en los dientes de la telaraña.

 

Los nutrientes  vientos quiebran mis raíces

el cepillo húmedo de la caliza-escama

turbina caliente de la tolva de  los radares

caen al silencio entre la irritante bilis de la bruma.

 

La anemia silba entre las rampas

 esculpiendo  arrodillada fatiga  de los profetas.

 

                                                                                 Bernardo Cortés Vicencio

                                                                                  Papantla, Ver; México