Para que no me olvides, mi dama de bella sonrisa
Te entrego mi corazón, que viaja a la par del viento,
Rosando tu rostro, como si fuera una caricia
Y susurrando a tu oído, como si fuera mi aliento…
Para que no me olvides, te brindo este poema
Tal vez no el más bello, pero sí el más honesto,
Porque es para ti, mi amada luz de estrella
Para que me recuerdes, a través de mis versos...
Para que no me olvides, te entrego mi pensamiento
Si estás lejos, en otra ciudad, o incluso, con alguien más,
Jamás me iré del todo,
Pues te queda el perfume de mis besos
Asegurando en ti, el que nunca me puedas olvidar…
Para que no me olvides, mi bella dama
Te brindo mis sueños noche tras noche,
Aunque lejos, sé que estaré en tu cama
Viviendo en tu sueño, como vulgar reproche…
Y para que no me olvides, mi princesa del mar
Te entrego mi amor, que te seguirá sin importar que lugar,
Para recordarte que sólo yo te podré amar
Y a su tiempo, -me esperaras-
Con tus brazos abiertos, para poderme abrazar…
Arturo Domínguez -Derechos Reservados-