Sin codos y sin rodillas
tu cuerpo es una extrañeza;
sin cola y sin costillas
lo tuyo es pata y cabeza.
Oye amigo pulpo
con cariño te saludo
porque yo no te culpo
que siempre estés mudo.
Oye amigo pulpo,
tú que estás en el mar,
evita los insultos
que te hagan pelear.
Si alguien por disgusto
te invita a una riña,
huye amigo pulpo
y suelta tu tinta.
Alejandro J. Díaz Valero