Crepita el fuego que provocas
con el movimiento juncal de tus caderas
atizado por el viento que generan
el vaiven acompasado de tus piernas....
Fuego que quema.....fuego que lastima,
que hiere hasta lo más profundo del alma,
calor reflejante de tu temperatura corporal,
calor que sofoca.....que provoca....
Extremadamente sofocante...se siente,
lo percibes, lo manifiestas en tu andar,
avivando lo indecible
con el coqueteo sensual de tu mirada.....
Paseas tus ojos con esa mirada
provocativa......sensitiva,
como rompiendo el códice de la decencia...
¡ tentadoramente seductora !...
Y caminas con el porte de un torero,
-- como partiendo plaza --
como rescindiendo en ello
la xenofobia hacia el culto sexual....
Y dejas a tu paso,
-- con tu desfachatada inocuidad--
turbulentes y mal encaminados pensamientos..
¡ seductos de tu hermosura corporal !.....