Como un satélite girando en el sol
ardiente giro sobre tus pechos de diosa
tus caderas, tus muslos y tu amado cuerpo
que me entregas con pasión al sucumbir tu rosa
a los embites de mi cuerpo, mujer hermosa.
Tus besos son torbellino de mis pasiones
cuando recorres despacio mi ardiente pecho
me agito y tiemblo y entre suspiros
te poseo frenético en nuestro lecho.
Mis dedos son como plumas que te acarician
mi lengua que es de fuego te hace temblar
cuando fundido en tu cuerpo de amor yo muero
por hacer estremecerte y hacerme gozar.
Mis labios en tu vientre son tu consuelo
cuando bajo al jardín de tus delicias
y tu cuerpo se arquea entre suspiros
y mis dedos te recorren con mil caricias.
Bebo de ese manantial de tus antojos
que calma mi sed y mi ansiedad
te digo te amo mirando a tus ojos
deseando de nuevo poderte amar.
Ángel Reyes Burgos