El hombre es un punto de luz
que dura lo que una vela.
Pese a su espacio y su tiempo
tan concreto
es uno con el universo
porque todo el universo habita en él.
Cuando se apaga una vela
no se muere el universo
porque hay millones de otras vidas
que lo están conteniendo.
Por el contrario
como cada día nacen más hombres
y se encienden más velas
el universo está en expansión.
Si hubiera un soplo monumental
y se apagaran todas las velas del mundo
las estrellas quedarían ciegas
y el universo se apagaría de a poco.