Tu y yo nos conocemos desde hace muchísimo tiempo, mucho más del que puedes apenas imaginar.
Para nuestras limitadas mentes, reducidas por la acción de los cinco sentidos, pareciese que son solo semanas o meses.
Pero para nuestros corazones, invulnerables por su sensibilidad, al tiempo y el espacio, el recuerdo permanece y la remembranza se transmuta en sentimiento.
Somos de nuevo tu y yo, otros rostros, otras voces, pero nosotros mismos... una vez más (en la eternidad).
Y vuelve el amor.
Un amor prohibido por los prejuicios de este mundo.