Porque el mundo es mundo,
y existen estas palabras y las tuyas.
Porque Dios me concedió el placer,
la bondad, la libertad de elegirte.
Porque soy humana, te respiro.
En mis venas, me ardes
Y en mi boca, te he besado
aun sin tocarte.
Puedo decirte y confesarte,
que estoy viva.