Poema de despedida para una relación perdida
2da parte.
[Después, de enhebrar
en simbiosis perfecta
mi poco común
discurso, político-poético
con tus
palabras académicas
de crepidantes
definiciones.
<< ¿Cómo distingo a francotirador de un poeta? >>
le pregunto,
<< Solo el tamaño de sus balas los diferencia >>
me contesta.
Después… De que te lo dijera, sabes
que te lo advertí
<< ¡Jamás te enamores
de un poeta! >>
<< Yo no salgo con
poetas >>
<< Que bueno que yo estudio para
abogado >>… Después de todo
¡Vienes a reprocharme
que todo
acabo mal, que soy
un cínico – encantador- pero cínico,
y no merezco ser feliz!.
[Después de que te fuera
sincero
<< Junto a mi no
se auguran finales felices,
lo único seguro
de un principio es el final >>
-porque “uno solo conserva lo que no amarra”-.
“Cuando las mujeres estallan en mis parpados
no hay contradicción ni posibilidad de porvenir
yo solo dispongo de alucinaciones y agonías”… Después, debo decirte
yo también salí herido y maltrecho
pero caminando
-a duras penas-.
Que aquí quede
prueba para un futuro
encuentro
después de mi,
sobre tu piel
cualquier otra caricia
que no nazca en mis manos,
te sabrá, a insípido
escalofrió, porque
siempre celebre mi
amor por ti como
una llovizna
de puñales ensangrentados
en disparates,
te dejo amor
y firmo mi despedida
con un beso.
Arranco el potente
motor de mi insurgencia
y me escoñeto
contra el infinito
vacio lleno
de humanidad
en una de tus hermosas
miradas inconclusas.