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Nada, nadie, nunca.

Nada, nadie, nunca.
La utopía se suicida a cada todo.
Y cada todo es un siempre.
Y su siempre es un eterno nunca.
Nunca.
Nunca, nadie, nada.

La utopía a veces sonríe,
y devuelves la sonrisa
sin saber de tu suicidio.

Pues tú sonríes esperanzado,
la utopía sonríe de lástima...

...de tu nunca, de tu nadie, de tu nada.