Quisiera que tu mirada fuera la lámpara que reiniciara la luz cada mañana
y que la mía encendiera los colores de tus días.
Quisiera que la música de tu voz despertara mi canción dormida
cuando la mía reinicie tus danzas.
Me gustaría aproximarme a la tibieza de tu piel
con la frialdad de mis pies
y equilibrar en brillante armonía el vagabundeo de todas las emociones.
Me gustaría acercarme a percibir tus aromas
y que los míos se avecindaran en el centro mismo de tu deseo.
Fui creada para adormecer tus dolores en mi abrazo
Para calmar mis tristezas en tus besos.
He nacido para habitar nuestros espacios,
para entrelazar mis manos con las tuyas,
para respirar mientras respiras,
para llegar mientras vienes.
Vivo soñando tus caricias,
añorando tu voz,
anhelando tu presencia