La brisa de la mañana
esparce el aroma,
aroma de putrefacción
de alguien que fue bello y hermoso.
El sol de mediodía
descubre el camino
parvada de buitres ante él se arremolinan
su cara al descubierto queda
¡es mi corazón que de un tajo arranqué!
-cuando en la oscuridad me quedé-.
NM de la Rosa
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