Fui hace mucho tiempo a Portugal,
a ver a la Virgen de Fátima, y no
me sentó nada mal. Es una ima-
gen bellísima, como todas las --
demás; lleva un rosario en sus
manos, sus cuentas parecen --
perlas del mar. Estuve en la --
Basílica para adorarla aún más.
Tambiés están los divinos pas-
torcitos, pues no podían faltar.
Por la noche estuve paseando
por la explanada como muchos
fieles más. Sentí una gran paz
en mi interior, jamás lo podré
olvidar, parecía un milagro del
Cielo, nunca me pasó cosa igual.
Me gustaría volver para adorarla
de nuevo a nuestra Madre sin -
igual. Tiene muchísimos devotos
que la van a visitar y yo les ofrez
co a todos mi gran cariño y si pu
diera ser mi amistad.