Hoja.
Celebro en esta (tu)
hoja de impecable
vegetalita pura; Clara,
bella, Blanca, nívea y
purpura…
[Es esta hoja en la que escribo y describo
que recubre el suelo
y tapiza las montañas
-esas de grises motas
de algodón, místico
dragón sideral-.
<<Se que el universo tiene alguna extraña y misteriosa razón,
para creer que nos importamos tanto,
como para querer abducirnos a pensar que estos
esotéricos encuentros son causa del azar y no
la verdad de un conocimiento mayor o superior
a estas nuestras dos, -se lee (2)-,
personalidades terrestres
-aunque tú seas aérea- >>.
<< ¿No será esta la mentira del destino, o la patraña de un Dios,
extraño pensamiento para un comunista y recalcitrante ateo
como tú, no será que te estás ablandando? >>.
<<A estas altura todo es posible, menos que deje de
buscar la excomunión como una de tantas
metas para los próximos 20 años>>.
[Me marcho temprano -casi amanecido-, en esta misma
hoja en la que viven todos los poemas que he hecho,
incluso los tuyos –así que preocúpate-, quizás hasta tu
y tu belleza de geranios, helechos, rosas y calas
bajo la lluvia matinal de una mañana
ROJA
entre verano y Abril de esta ciudad bíblica
queden
sin
redención.
Te adoro mi lastimada hoja usada, por; bolígrafo
punso-desangrante, borrador-bomba marca.
Norte
América
Tiene muchas
Armas.
Que abollan, la exuberante topografía de tus cumbres,
picachos, valles, abismos
[y caderas
insondables… Sal ponte ese tímido vestidito
y vamos
a por unos cafés
cigarrillos y tragos.
“PUEDE QUE NO EN ESE HORDEN”.