Ciento el frío de las noches de invierno
y el viento soplar de los grises otoños.
Estas en mi mente,
disperso en mis ojos cerrados;
con los recuerdos que acentúan mi sufrimiento
y mi corazón rompiéndose a pedazos.
No sabes cuánto te extraño,
pero cada vez que siento tu ausencia
mi alma se va agrietando mas y mas,
separando toda esperanza de volver a verte.
La emoción se apodera de mí y
a menudo también mis lágrimas;
no puedo evitar no pensarte.
Hoy que me encuentro tan sola
entre mis teclas, sé que no volveré
a tener tu nombre frente a mi;
no volveré a sentir tu imagen
en mis caricias.
Volveré a dormir,
y como en cada madrugada,
me despertare con frío,
sentiré que me arropas;
y abrazada a mis sueños
sentiré que estas conmigo…