Tus letras recorren la vida, dejan huella por doquier.
En la noche, alegran a los ojos tristes que vagan en la sombra.
Imagino tus manos como mi hógar,
tu pensamiento más que mi estímulo.
Tengo tus palabras tatuadas en mi alma,
tus versos adheridos en mis labios.
Tu rostro lo dibujo con cada palabra que cultivas.
Anoche te amé en secreto,
Hoy lo divulgo en el interior de mi soledad.
Como paz te añoro y como guerra te destruyo.
Tus manos viven en la inmesidad del mar y tu recuerdo permanece en el origen de mi juicio.
Amigo poema, amigo historia.
Te leo, te deseo.
Te guardo, te espero.
Gracias por tus letras.