Maquillada, con mejillas de carmín,
luces hermosa, pero fría/ inerte,
callada, en silencio/ yaces yerta,
te miro/ me miras, te hablo y escucho de mi voz el eco.
Te muestras/ tal como eres,
la pared aquella, que no me quiere/
aquella que separa mi realidad
y me oculta en el oscuro vacío.
Deslizo mi mano sobre ti,
esta inmóvil/ intento desafiar
lo imposible, pero tú insensible/
no escuchas, de mi alma el silencio.
Busco una salida a este martirio,
busco una hendija, donde traspase el sol,
para encontrar una nueva vida,
un nuevo giro/ a este sentir que ya se ha ido.
Que se ha escapado como tu corazón,
dentro de ese concreto cuerpo/
lánguido, gris, donde el aire no roza tu piel
y la luna no visita tu noche silente.