Entra en mi mundo
en mi libro abierto para ti.
En mi libro albo de amor.
Abre mis puertas que nunca
se asegurarón por ti.
Entra en mi libro
que será tu refugio y abrigo,
que seré tú trovador y magín
a cada alba nuestra.
Ven y derrama en mí
ese carmín tuyo que necesito
en cada tinta azul
de mi ya casi exánime corazón.
Juntémonos para formar
la morada substancia
de nuestro inmarcesible amor
de rosal silvestre que florece
y florecerá contra el canícula abrasador.
Serás tú el harcon que no me dejará caer
y yo solo te daré mi vuh tan tuyo.
Dejaremos la estética y veremos
mucho más allá que el tuetano.
Que todo esto no será por nada
sino el avío en nuestro sobrevivir.