"A mi canario que te amo le dije yo/ y él feliz me pidió alpiste./ Ayer supe que el tuyo de tristeza murió/ ¿qué fue lo que le dijiste?"
Primero fue sábado que domingo, dice un dicho,
no creo que haya sido tan sólo un capricho
de alguien que no tenía otra cosa que hacer,
seguramente es alguien que ha vivido
y que como yo terminó por caer vencido
cansado de luchar por tu querer.
Ya sé que es cuestión de admitir que perdí,
que simplemente no eras para mí
y que de hecho, nunca lo fuiste...
No niego que deseé rebelármele al destino,
que quise abrirte hacia mí un camino,
pero andar en él nunca quisiste.
Estoy buscando una bandera blanca para mostrarla
o una de rendición para izarla
y veas que de verdad doy por perdida esta pelea.
Es una pelea porque luché con mucha paciencia
para tener yo lo mejor de tu esencia
y lograr que me ames como sea.
Pero no ocurrió y debo aceptar los hechos,
supongo que forma parte de los derechos
que tienes de elegir a quién querer, a quién amar.
Pero aceptar eso no me consuela,
más bien hace que me duela
que también sea tu derecho olvidar.
Que te olvides de mí, de quien no sabe qué es eso,
que inicies un viaje de ida sin regreso
donde tu indiferencia ya no hará que me asombre,
un viaje en el cual a veces te veré
y en tus labios nunca leeré
que estés pronunciando mi nombre.
Saco mi bandera, la bandera que saca quien pierde
y aunque esta bandera no evitará que te recuerde,
espero que sí ayude al menos a cambiar mis ideas,
que con el tiempo pueda decir que te olvidé,
que a no tenerte me resigné
y que tú... me lo creas.