El destino es la estación que queda más lejos
O más cerca de nada.
Es la estación más al alcance y menos al encuentro.
Es la estación del olvido, del fracaso, de la desolación, o de la esperanza.
Y cualquiera de esas opciones anteriores llevan al mismo jodido desierto,
al espejismo del oasis, que en tiempos de gloria se apoda esperanza,
que en tiempos de crisis financiera se le llama la fe que no derribará a humpty dumpty.
Hablemos de oro:
de aquel que brilla y engaña por sus apropiados refranes,
aquel que hace guerras y se injerta hasta en el oxígeno para la extravagancia.
Aquel que no se conoce en su forma pura, de blanda apariencia.
Aquel que se combina y se lleva en tantos adornos, que nos pesa.
Aquel que da miedo, a color dorado y avaricia, a color de agua.
Hablemos de lo que sea que nos lleve a decir pura mierda.
De ti, hablando de tu pasado, presente, tu frente, tu espalda, tu inicio, tu muerte, tu letra, tu espaci o.
Hablemos de mi, o de cualquier cosa que ya no importe.
...
Siento mucho tener tan enterrada mi cabeza a la tierra y llevar mis raíces pendientes del cielo.
Siento mucho tener que escribir tanta rabia y tan poca belleza.
Siento mucho, lo que ayer hicimos y lo que haremos sin saber lo que sientas.
Y digo siento mucho, porque en realidad los poros los tengo bien abiertos.
Tan dilatados como el sentimiento que me está pudriendo todo lo que yo y mamá llamamos "insensibilidad".
Que te parece... si abordamos el tren a la estación de la...
hmmmm, ¿cómo te decía?... ¿es-pe-ran-? Esperan... ¿Esperanza?
Y que de aquí a que lleguemos y haya dejado la tormenta de vivirnos, nos sentamos en el lugar que te gusta.
En el lugar del tiempo, del capital, del texto, del felino, del etc...
Yo te acompañaría a donde fuese, al lugar al que vallas a llegar, a la hora y fecha que quieras. Me sentaría en el asiento o sobre el espacio que más te agrade y pasaría riéndome de lo que a ti te plazca.
Yo te hablaría en tiempo y forma, me callaría y gritaría (si así lo quieres). Yo te besaría cuantas veces me aceptes y me enredaría de tu cuerpo si también deseas.
Yo me quedaría el tiempo que quieras contigo. Me lo tragaría por completo.
Hablando de tiempo:
Al tiempo que te canses, o te aburras, o te mueras,al tiempo de la sed, o al tiempo que te dé hambre de cualquier otro cuerpo.
Yo te daría todas mis ganas y te las rociaría en las manos; te daría mi cara, mis ojos, e incluso mis piernas.
Te daría mis fuerzas, y mi cansancio, te daría nostalgia y a la vez belleza, te daría cordura y toda una mente descontrolada, toda la locura que quieras desatarme, todo lo que vallas a pedirme y que yo, con obvias razones, quiera darte.
Te daría mis alas, sin que yo pueda quedarme escasa de aire.
Yo voy a hacer, solo lo que tú me pidas con las ganas de yo querer darte mi vida, tan llena o tan vacía que se encuentre al instante que me lo pidas.
Si quieres yo te escribo, y te pienso, si quieres te deseo, te alejo, o te dejo con las ganas de quedarte cerquita de mi cuerpo; si quieres que te bese, yo te beso.
Si quieres que te quiera, yo te quiero más de lo que pueda quererte.
Si quieres yo aprendo de tu ciencia y te enseño de mi arte.
Si quieres no me pidas nada.
Y yo te doy un amor a sabor de ámbar, que te duela hasta el instante en que te de frío o hambre, de más hambre y de más frío.
Amor
Sammantha