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HISTORIA DE DOS
Abdías Ezequiel Díaz Sequeira
Sé muy bien que en tus pensamientos estoy.
Sé que soy una ilusión de tu corazón. Sé muy bien que en tus sueños soy tu héroe. Sé que cuando me miras desearas estar entre mis brazos.
Sé que estás ahí y tengo miedo de llamarte. Sabes bien que en mis pensamientos nadando estás.
Sabes bien que en mis sueños eres mi princesa.
Debes saber que cuando te miro sólo deseara acariciar tus labios de miel.
Sabes que estoy aquí y tienes miedo de venir. Ya nada importa, si aún emana del manantial del corazón la magia del amor o no.
Pues tenemos miedo de escribir esta historia de dos.
No sabes qué difícil es terminar antes de empezar.
Y no me explico por qué tú sigues pensando en mí y yo deseo aún tenerte entre mis brazos y besar tus lindos ojos.
Y qué importa si eres mi amiga o no, sé que no existen palabras para describir lo que sientes cuando estoy junto a ti. Sé que no existen metáforas para describir tu belleza. Sabes bien que no necesito más inspiración para escribir esta historia, me basta con la poesía de tu cuerpo. Sé muy bien que deseas que esté junto a ti cada vez que duerma el sol. Yo sé que quisieras que susurre en tus oídos en cada amanecer. Sé que quisieras que mis manos acaricien cada célula de ti. Sé que tienes celos del aire que respiro porque desearas que respire de ti. Sé que te gusta que mi mirada se quede fija en ti y que pretenda acariciar tu cara y besar tu sonrisa. Sé que coqueteas con mi mirada para enamorarme. Sé que cuando estás en mis brazos desearas ser el tiempo para que no nazca el rey sol y dormirte sobre mi pecho a la luz de la luna.
Sé que cuando acaricio tu piel crees descubrir el infinito.
Sé que cuando veo fijamente tus ojos quisieras que robe la miel de tu boca.
Sé muy bien que la rima de tus versos se inspira en los latidos de mi corazón.
Sabes bien que quisiera ser el agua que corre por tu piel para conocer cada espacio de ti. Sabes que darte un beso no es mi anhelo, porque quisiera llevarte a mi alcoba y hacer que el cielo baje a tus pies. Y por qué negar que cuando estoy contigo el silencio se vuelve melodía. Tú sabes bien que mi vivir es soñarte a diario. Tú sabes bien que deseara ser la seda que toca tu piel para acariciarte, para enamorarte y que sientas lo que es amor. Y qué importa si somos amigos o no, aún es tiempo de escribir esta historia de dos. No tengas miedo de fundirte en mi mirada, no temas el estar entre mis brazos y embriagarte con mis besos y hacerte caricias que quemen tu piel. Sé que la alegría de tu vivir es estar junto a mí. Sé que quisieras que acaricie tu piel, que mis manos se dejen llevar por el calor de tu cuerpo, que mi boca quede llena de ti. Sé que deseas que nuestros cuerpos se fundan en
el rincón de tu habitación, donde escondes el infinito. Sé que deseas ser el varano eterno de mis madrugadas. Sabes bien que no puedo describir lo que siento cuando estoy entre tus brazos.
Soy el hombre de tus sueños fingiendo ser tu mejor amigo...