Miguel Eduarte

Monologo del amor soñado

La ternura de tus manos acaricio mi rostro por primera vez

y me deje ir en tu mirada pura que incursiono con sutileza en mis pupilas,

hiciste tus maletas e instalaste tu hogar en mi corazón, estas tan cercana…

contigo trajiste la paz, el sosiego de tu voz promovió en el silencio perfecto

un amor que se escucha desde lo lejos, sin necesidad de hablar o gritar.

no hay necesidad de ser, solo sentir lo que somos,

somos perfectos, infinitos e inanimados,

eternos como un cielo estrellado.

 

¿Donde esta la vida de antes? ¡Ya no importa!

El mundo se fue de vacaciones cuando besaste mis labios,

se fue la lagrima que brota con melancolía,

ahora recorre mi rostro con motivo de alegría,

también partió la soledad hacia el sur buscando la calidez de la primavera.

Llego el perfume de tus cabellos y el calor de tu pecho que me abriga,

mientras tanto yo te protejo, porque somos uno solo,

hemos descubierto el secreto de latir al ritmo de un solo corazón,

juntos, arriba y abajo, izquierda y derecha, profundo y suave,

respirando el aire de tu boca, el aliento de mi aliento,

el éxtasis llena mi cuerpo, mis ojos, mi mente, mis manos sudadas

El tiempo se detiene cuando tu lengua se junta con mis labios,

cuando me dices: ...te amo…

 

Revitalizas cada gota de sangre que deambula libre por mi cuerpo,

eres vida que da vida, silencio que calla el ruido,

mi pensamiento que descansa en tu alma blanca,

tu alma que ama, tu alma que muere porque muero por ti,

que vive porque vive por ti, que me atrapa y me haces tuyo siempre.

En mis huellas van tus pasos hundidos en mis propias huellas,

sin pisarnos, es que vamos juntos hacia el mismo camino

tan compenetrados que ya ni siquiera vamos a ningún lado,

ya llegamos, es aquí, justo aquí donde reside la felicidad,

junto a ti.  ¡Te amo tanto!