Me saboreo del mapa de tus placeres
como quien hurga el cielo con los ojos
esos de avellana, esos que son rojos
esos que son del miope sus lentes.
Soy una pluma que emigra a la deriva
soy un relicario perdido en el recuerdo
como una soga en el cuello de un muerto
ciego del edénico sabor a luz de tu vida.
Y esperar por ti es una cruzada inmortal
¿Para qué me muero de impaciencia?
si esperar no me cuesta en el paraíso del mal.
Me saboreo de tu sistesis nerviosa al amar
porque amar resulta etéreo estando solo
pero en ti mi vida se ha abierto los cerrojos
de una vida harta de morir sin tiempo de respirar.
Ay! de mi, si en ti no me amparo la suerte
que contigo la vida se ha doblado en campanas
pero no un puente a las mortajas de lana
donde tenerte es pecado y perderte es la muerte.
Soy un cazador nocturno como la luz de la luna
soy un novio de balcón, una muralla de cera
tu mi amante, mi doncella, de mi fiebre la vacuna.
Blas Roa