Y eras tú el sol que en mi nacía
Mientras la tarde moría
Fuimos fuego y amor.
El color del arrebol se quedó impreso
En los costados de la pasión,
Mientras el ocaso daba sus últimos estertores
Con rayos palidecidos y la n noche se cernía
Entre nosotros el amor amanecía.
Una tarde de junio, con fuego enloquecedor
Sellamos nuestro encuentro.
Y mientras el día moría
Los dos teníamos la llama del amor encendida.
¿Cuándo podremos nuevamente,
Encender esa hoguera?
Yo espero impaciente, vehemente.
Yo espero fielmente.