Ni un momento sin dolor,
ni un momento de placer,
ni un momento para ver
que no hay destino sin amor.
Ni un momento sin dolor,
ni un instante sin reír,
ni un momento de vivir
de la mano del terror.
Ni un momento sin dolor,
ni un momento sin sentir
ni un momento de ofrecer
un momento sin beber
el mar,
ni un momento de soñar,
de respirar, de escribir,
de darle dicha al dolor.