Lo miro cálido en tus ojos,
abrasador lo siento en tu piel;
incitante al rose con tus labios,
vivo el fuego de tu esencia por doquier.
Es tan quemante como el deseo
que me consume por probar tu miel;
tan ardiente es como lo eterno y bello
del principio del placer.
¿Crees que estamos jugando con fuego?
A ciencia cierta no lo sé…
Excitante es cuando ante la gente simulamos
que no hay nada más allá de lo que ven.
Quizá jugando con fuego estamos,
pero debo confesarte algo, mujer….
que esto es algo hermoso, que me encanta
y que contigo lo volvería – una y otra vez – a hacer.