En el estéril lienzo templado de la bóveda
se ha regado la luz helada del viajero.
desde dónde prefieres acceder al universo,
con el hombre que llevas clavado al corazón...
convertido en solar punta de lanza.
es la vida quien te impulsa
cual bríoso sagitario galopando la galaxia.
el arco está sobre sus ojos,
templado entre el negro pupilar de los agujeros claros.
volverás certero al suspiro
para hundirte exquisitamente en esa carne,
y acariciar por vez primera con la yema de la escarcha
el frío ápice afuera cautivo.