Hace tanto fuego que no siento invierno
y tantas razones que no abrigo penas
hace mil abrazos que ya no estoy solo
y besos tan dulces de tantas maneras...
Hace tanta dicha que se fué la angustia
que de tanta risa no recuerdo nada
y hace tanto tiempo que ya no estoy quieto
porque permanezco de vuelo en tu almohada.
Hace amaneceres que sueño despierto
y noches enteras que duermo jugando
y siestas audaces prendido a tu espalda
con la boca llena de tus rojos labios.
Hace tantas muertes que me siento vivo
de este amor tan grande
que tengo contigo.