Una manada de perros corren juguetones por el cielo
juntan sus aullidos en un sólo silbido que lo envuelve todo
lamen con fuerza los árboles hasta inclinar sus ramas
van volcando todo a su paso desenfrenados
suben por los techos y golpean las latas con sus inmensas patas de viento
A veces parece que se han ido
y dejan un gran hueco de silencio
pero completan el círculo y otra vez regresan a su juego
En las noches claras como esta
se les ve levantar polvo, hojas y papeles en la calle de mi pueblo
Toda la noche corren y se revuelcan
los oigo saltar incansables por los techos
No se puede dormir con ellos
hasta que al llegar el día se alejan cansados
llevándose nuestro sueño
y se echan en algún rincón, a lo lejos,