Parece que la tierra quisiera gritar, agarrar un árbol hacerlo espada, hacer que las cosas que callan pronuncien tu nombre como volcanes atormentados, parece que cada piedra suya es un beso que te pertenece, que cada mineral te clama más allá del horizonte que se eleva, se eleva haciendo que las nubes quieran gritar, derramarte en los racimos de sus gotas y que tu nombre inunde los espacios donde estás ausente…
LRL
24-7-2012