Tu silencio duele tanto como un golpe,
ese vacío entre nosotros es como un abismo,
tus ojos fríos y distantes son como látigos
que fustigan mi alma con cada mirada.
Quisiera gritar y desahogar mi dolor
pero mi boca está cerrada igual que la tuya,
sellada por un orgullo que nos impide hablar.
Tu silencio detiene el tiempo haciendo pesado el respirar
y como un manto se cierne sobre nuestros cuerpos dejándonos inmóviles.
Hasta cuando durara, quien cederá primero?
Quien dejara de lado la obstinación y dará el primer paso?
Mientras lo pienso seguimos aquí tan cerca y a la vez tan lejos.
Tatiana giraldo (24-07-12)