gaston campano
Paisaje campestre
En clavada en la loma cerca del bosque de espinosrefugio de zorzales,tencas y estoninoscaja musical de atardeceres dormidos,y alegrías matinales con tantos cantos y trinos.Veia la casa grande subiendo por el camino.Doce pilares robustos en sus cuatro corredoressostenían ese techo de tejas y muros de adobessi parcian apóstoles en plegaria predicandocuando se hacían novenas con vecinos alabando.El corredor era alto con piso de tierra cociday ese color rojizo,como tono de la vida.Las ventanas se batían junto al viento jugando.El sol entraba a las piezas ,sin permiso autorizadotantas ventanas puestas con vidrios en sus cuatro lados.Las cortinas eran redes blancas, tejidas en días mojados,por la tía de mi abuela entre plegarias rogando.La entrada era un portón de dos hojas bién lustradocon el brillo de ese sol,mañanero de ese campo.El potro negro azabache, a la vara apostado,donde los niños montaban como caballo ese paloLa cocina un tanto lejos,el humo la había pintadoy desde la alta viga una callana colgando.Donde se tostaba el trigo,para en harina tomarlo,cuando el sol consumía hasta los maullidos de gato.Era el castillo amado en los días de verano,con dueños como reyes y nietos duendes jugando.El patio era tan grande, que salido al corredorlse veías hasta el cerro a dos leguas en dimención.Pollos, gallinas y pavos,corderos, chanchos conejoseran habitantes siempre de ese pedazo de terreno.Las parras de uvas blancas,negras,rosadas brillanteson las delicias de todos, mojaditas por la tarde.El abuelo que al rodear, las vacas en ese inviernole hacía recordar que así fuera el infierno.La abuela que como escala,poníase esos zuecos,que la dejaban muy alta, con la madera y elcuero.Nunca escuché al abuelo, quejarse por el dinero,solo pedía que ese año,le fuera bién en el sueloTodos juntos en la noche, daban gracias al Dios del cielo,pidiendo que al despertar, tener fuerzas para quererlo.