Por las vías de tu entorno
y las curvas de tu cuerpo,
como un tren sin pasajeros
yo recorro tus senderos.
Voy bajando en picada
por los rizos de tu pelo
y doy la vuelta por tus cejas
llegando a tus ojos bellos.
En las curvas de tus labios
yo me detengo y bebo,
recargo la maquinaria
con las fuerzas de tus besos.
En tu barbilla tropiezo
con tu empinado cuello,
doy un frenazo en su nuez
y paso despacio tus senos.
Llego al fin al valle perfecto
y allí me tomo un descanso,
observo tu ombligo y lo beso
para continuar mi descenso.
Al bajar tu barriguita,
descubro muy cerca tu bosque
y haciendo un gran derroche
de experimentado chofer,
le doy un parón a mi tren,
me bajo desesperado
y me zambullo en aquel lago
que entre tus piernas se ve.
Y creo que ya no seguiré,
pues ahi se me ha parado,
sin tener mala intención,
la palanca y el motor,
hundiéndome en el calor,
que brota de tu entrepiernas,
ya no me importa que se encienda,
se empine o se encandile,
porque mi tren se ha parado.......
!EN EL CENTRO DE TUS RAILES!