Exhibido entre los vidrios de una joyería
observe un anillo brusco y burdo,
descansado sobre adornadas almohadillas
con un precio elevadamente absurdo.
Por cosas de la vida y del destino,
le pregunte al joyero anciano
el precio de aquel anillo sin brillo,
mientras el observaba en silencio mis manos.
Me dijo cariñosamente: -Hijo,
la razón esta en tus propios dedos-
veo que tu no has descubierto velo
ni matrimonio, no posees anillo,
pero yo se apreciar el oro
cada pieza tiene únicos detalles
y la belleza de las piedras fulgurosas,
que solo el artesano sabe lo que valen
Y si tu no tienes esposa
es porque no hay artesana que entienda
que tus piezas, talles y prendas
valen mas que un millar de rosas
Sin embargo el anillo vale lo que vale
y no lo regalo por tres monedas costrosas
prefiero esperar que llegue alguien
que sepa valorar las cosas.
El hombre va por la vida permitiendo
que otros pongan precio a los sentimientos,
cada persona es invaluable
y no necesariamente por su aspecto.
Ten cuidado de elegir tu anillo
y de quien te toma como opción
porque quien juzga de primeras
eso es lo que guarda en el corazón.
Miguel Eduarte