La sola voz de tu sonrisa Y el ver tus muecas y tus ojos, bastarian para empezar bien el día Y alimentarían uno solo de tus besos A mi corazón para seguir latiendo. Solo por ti mi vida, marco hoy mi destino, Tu mi sostén ante el dolor y el desaliento, Mi sabia brújula en este mar grandísimo, En el que navego solo con el afán de verte, Eres la única ráfaga de aire de mis velas. Hechas de ilusión y también de realidad, Ante mis ojos amorosos que por ti navegan, Buscando en el horizonte tus prometidas tierras. No desfallezcan mis fuerzas en el intento, Por llegar a esas tus verdes planicies, Y tus riscos que esperan mís altos vuelos, Para reposar en la tranquila briza de tus besos. Sigo sin vencerme el miedo ni la fatiga, Pensándote, soñándote y amándote, En esta cruzada de Fe por tus sueños, Que ya comienzo a sentir como los míos. Espera un poco como los mirasoles, Que saben que, pueden estar nublados Esos cielos, donde antes de ocultarse su astro, Esperan sonreírle en instantes infinitos. Así es mi vida que toda he depositado, En esas manos primorosas que me esperan, En esos ojos luminosos que venero, Cuando mis besos se se recreen, En la pila bautismal de tus labios.