LA MUERTE DE UN ANGEL ENAMORADO
Hoy me trepé a una nube
para ver más de cerca
tu sonrisa de cielo
y pude asir tu piel
entre mis dedos tersos,
y sentir la frescura
que me daba tu aliento.
Pude ver el paisaje
dibujado en tu espejo,
cruzarte en mi mirada
cabalgando contento…
sobre valles, colinas, montañas y desiertos/
por bosques de tu selva,
turgencias de tu cuerpo.
Tu sabor anhelaba,
me embriagaba en tus besos,
bañarme en esa mar…
ese fue mi deseo,
nadando entre tus olas
como lo hace el viento,
que te toca y parece
que vaiveneas lento.
Al tocarme sentía
cosquillitas mordiendo,
me creía un imán
ya no en polos opuestos,
atraído con fuerza
por tiernos sentimientos.
Quise que fueras luna
y yo… un sol ardiendo,
para arroparte en rayos
y prenderte en mi fuego.
Pude ver las estrellas
colgadas en tu pelo,
ver la noche desnuda
en tu alma en silencio,
luceros que fugaces
jugaban por tu suelo,
nebulosas de ensueño,
siderales te quiero,
vi cósmicas galaxias
abrírseme en el pecho.
Sentía el corazón
en estremecimiento,
todo mi ser se hundía
en tu oculto secreto.
Con alas en la espalda,
de algodón mi sendero,
un ángel era yo…
soñando allí en tu lecho.
Un ángel que deseaba,
morir sobre tu cielo.
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