Teresa la turbada ama de llaves
la divina morada me la abrió
sin complejos nudos y sin claves
Juan, aurora y resplandor
me subió a su blanca nave
y con su cena me enamoro
mi querido Miguel Hernández
a los oídos, tierno me silbo
chiquillo como un arcángel
Quevedo con el filo cortante
de su bisturí me amputo
la gangrena del falso talante
Fray Luís poderoso león
me hizo sentimental ave
esmerado y cuco gorrión
Machado me dejo tan tocado
que empecé a caminar
con el Señor bostezando
y con Jesús sobre la mar
Felipe de León, zamorano recio
casto y pulcro labrador
me enseño a deshacer caireles, rimas y versos
y aventarlos con pudor
Neruda y su cortes cartero
con olas de mar me afeitaron
y simpáticos me refrescaron
con espumas de barberos
Manrique me avivo
mis pobres sesos dormidos
con su copla hecha rió
corazón y canción
Silbando el dueto de las flores
con Delibes me fui a la raya
y sentí los santos amores
que Azarias daba ala Milana
el bueno de Rubén Darío
querubín quebrantado
para comer me dio de sus higos
y de sus brevas de enamorado
con el Camarón dela Isla
gitano, duende y alondra
volando con el me iba
cuando flotaba con García Lorca
o se extasiaba por alegrías
y Cristo nuestro amable señor
las verdad me la dio
vida, luz y amor
genios, parábolas y poetas
y un yugo suave y conmovedor
repleto de afiladas saetas