Quiero irme con el ocaso
en el momento en que hunde sus arreboles
en la noche silenciosa,
cuando la tarde se vuelve melancólica.
Quiero perderme antes que las sombras
alcancen mis últimos suspiros
y traigan estertores agónicos
a mis precarias alegrías.
Quiero perderme, calladamente,
partir con el crepúsculo sombrío.
¿A dónde? ¡No lo sé!
pero perderme donde el dolor
no me alcance con sus garras.
Cansada estoy de sentir ese miedo
a la soledad y a la nostalgia.
Quiero perderme con la tarde
Antes que la noche me trague con sus sombras.