De la mano caminábamos sin ceder
por esa playa inmensa junto al mar,
el tiempo nos cegaba para amar
y fuimos tan lejos sin saber
que el mar se llevaba la ilusión
de querer compartir la vida y el amor.
¿Dónde está la esperanza de alcanzar
cobijarnos en lo profundo de este mar?
La poesía nos ampara para ser
la confianza misma y el placer
de compartir aún la muerte junto a vos.
CARLOS A. BADARACCO
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