En una tarde de cielo azul luminoso
Escuché un maravilloso trinar.
Salí, lo busqué con mis ojos
a tal prodigioso ejemplar.
Allá, en lo más alto del árbol
se encontraba, el pajarillo cantor.
En armoniosas escalas cantaba y
cuanto más cantaba quedaba, yo, hechizada.
Antes, nunca había escuchado.
Como piedras preciosas, en cadenas de notas
luciendo esplendorosas; tan maravilloso trinar.
Allá, en lo más alto, cantando estaba
el pajarillo cantor.
Sanándo, sanándo, heridas de mi corazón.
luz teresa maldonado folkerts