Ven a conocer
las arenas
de mi deseo,
puedes remojarte
en el mar
de mis anhelos,
sondea los secretos
que guarda mi piel,
que mis labios de fuego
tu vientre
quieren recorrer
despacio, sin tiempo,
al ritmo, de tu cuerpo,
y en el vaivén de la horas
ser tu dueña y esclava
y tú
el hombre que mi piel deprava
y mi alma adora.
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