Entre cuatro paredes de soledad la encontré,
Por un lado la hipocresía, del otro la maldad,
Ironías y calumnias, que destrozaban su piel,
Palabras como filosas espadas que la atravesaban sin piedad.
Seres despiadados, que se sentían perfectos,
Con el alma blanca y un corazón limpio,
Desprendiendo de su boca sus defectos,
Culpando a un corazón indefenso, que se enamoró…
Nadie comprendía, su sufrimiento,
Nadie comprendía el por que de sus lágrimas,
El por que de cada mañana mirando al cielo,
Pedía a Dios el olvido y arrancar aquel amor de su alma,
Aquel amor sincero que llenaba su corazón,
Que con su comprensión y su ternura le curaba las heridas,
Que aquellas calumnias le hacían daño,
Condenando su vida a un interminable penar,
Por haberse enamorado del hombre equivocado…
Alguien dígame, como se le hace entender al corazón,
Como se le hace renunciar a lo que lo llena de felicidad,
Como negarse a un viaje al cielo,
Tocando las estrellas y sobre la luna descansar,
Como se le hace para arrancarse de la piel tanto amor,
Como desprenderse la ilusión del alma,
Como se deja a un ser sin esperanza, causándole un gran dolor…
Alguien dígame, como cambiamos los designios de Dios,
Como poder juzgar y sacrificar a alguien sin antes mirarnos al espejo,
Y ver si realmente somos dignos,
Si somos sinceros y honestos, si no causamos mal por equivocación,
Como poder condenar a un corazón por amor…
Alguien dígame, porque no comprendo, ni puedo aceptar,
Porque al mirar hacia atrás me confundo más,
El dolor por no amar, su renuncia al amor de su vida,
No basto para hacerse olvidar,
Su dolor, sus lágrimas del alma,
Ni arrancándose la piel basto para dejarlo de amar,
El regreso a su lado, a travesando la gran distancia,
Que entre los dos interpuso la cobardía,
La ceguera de quienes no pueden comprender que es realmente amar,
Que por un verdadero amor se da la vida,
Que no hay tiempo ni distancia que lo pueda acabar,
Que ambos corazones se alejaron con el alma rota,
Queriendo nunca volverse a encontrar,
Haciendo de sus noches de soledad, las mas amargas,
Sufriendo cada uno en su nido, el mismo penar...
Hoy se ha abierto la puerta, la habitación se ha iluninado,
No hay más que un camino blanco lleno de flores y luz,
Él ha regresado, ella lo abraza y se unen en un beso,
Un beso que atraviesa los años y los eleva a un nuevo mundo,
Donde ya nada los separará y podrán vivir su amor,
Ese amor maldecido y culpado por tantos,
Que a cadena perpetua de la soledad los condeno,
El no podia seguir más sacrificando,
A su corazón enamorado que era de ella, su gran amor,
Ella no pudo encontrar consuelo en otros brazos,
A nadie más pudo entregar su corazón,
Cumpliendo injustamente una condena por no haber elegido,
A quien su familia para ella hubieran preferido,
Convirtiendo su vida en un verdadero martirio,
Hasta que el final de sus días llego...
Hoy no existe ya la venguenza, se acabo el tormento,
Ese amor tan envidiado y juzgado como malo,
Hoy no es más que un sentimiento que vuela con el viento,
Dos almas envueltas en una alfombra de luz hoy han llegado al cielo,
A vivir sin miedo, y sin prisas su gran amor,
Ahora ya nada podrá separarlos,
Y no llorarán jamás por dolor,
Sus corazones ahora están juntos,
Olvidando y perdonando a quienes los condenaron por su amor...