Yo no quiero que la bruma esconda tu cabello
ni que el sol salga a relucir tus defectos.
Ni que la negra noche se esconda de miedo
al ver la unión de los cuerpos ajenos.
Yo no quiero que me quieras, tan solo porque deseas
sino yo quiero que me quieras, porque tú corazón te lo ordena.
Yo no quiero que me beses, si no quieres besarme ahora
no quiero que me acompañes, si mi presencia te incomoda.
Yo no quiero perderte, ni tenerte un día lejos de mi vista
pero sí tú lo quieres, yo no puedo detenerte.
Yo no quiero verte sufrir en la madrugada en la cual me he ido
Ni quiero que derrames ni una sola lágrima por este pobre abatido.
Yo no quiero gritarte por impulsos del dolor mío,
ni quiero tocarte, si tú no me lo has permitido.
Yo no quiero, que me ames, si no lo merezco de verdad
porque te haré daño, lo sé, no te supe ganar.
Yo no quiero hacerte daño, y no te lo digo a ti
sino a mí mismo, para que mis manos comprendan.
Que tienen que dejarte ir, y no obligarte a estar conmigo
ni pasear por mi casa, si no lo has querido.
Yo no quiero, la ausencia de tus detalles,
ni que mi corazón sufra por tus pesares.
Yo no quiero, pero sé que tendrás que sobrevivir a todo eso
tendrás dolores, pesares, y ausencia de detalles.
Tendrás madrugadas crueles, y lágrimas en mares
y tus defectos relucirán, y tu cabello la bruma ocultara.
Pero aún así, yo no quiero que te debilites
ni derrames lágrimas en tu rostro.
Aún así te amaré, hasta el último día
que vea tus ojos