Cada noche, cada segundo recuerdo ese profundo deseo,
En que tu cuerpo era la necesidad de aquel anhelo,
Tu piel tan suave con esa textura inigualable,
Tus muslos eran voluminosos y alucinantes,
Aún Recuerdo cada Movimiento de tus caderas,
Donde con aquella sensualidad de ti me hacías presa,
Inolvidable la sensación de tus pechos en mi boca,
Insaciable las ganas de lamerte toda,
Lo prohibido me llamaba locamente a tus faldas,
Cuando sin motivo alguno ser tu amante yo aceptaba,
Mi lujuria tu despertabas en cada llamada,
Sin importar que fueses ajena me hacia tu Maestra,
El deseo nos llamaba a la Cama,
Donde yo me convertía en tu esclava,
Sin importar que en la distancia otra te esperaba,
Nuestros cuerpos se Fundían en llamas ansiadas,
Apretando mis Nalgas mis senos tocabas y lamias,
Era exquisito Ser tuya cuando me lo hacías,
Te enseñe todo donde y como de lo que me gustaba,
Eras Mi arma de locura extasiada,
Inolvidables orgasmos cuando sin quitar mi ropa yo los lograba,
Tus manos Fuertes y firmes cuando me penetrabas en las mañanas,
De todo eso solo guardo el recuerdo y sabor de lo prohibido
Y ese ultimo abrazo que nos dimos al dividir nuestro Caminos.