El peligro de la emoción
Es algo que me ha llevado
A aventuras.
Que terminan en error.
Hace poco conocí
A una señora muy activa
Que me hablo de las minas
De oro, más allá del callao.
Me emocione, tanto.
Que le dije que a mí me gustaría
Tener ese tipo de aventura.
Enseguida me dijo, que ella sabía el camino.
Sin pensarlo me puse de acuerdo con María que así se llamaba
Para emprender el viaje a ese lugar…, para mi desconocido.
Prepare las maletas…
Y me fui al terminal de pasajeros.
Llegamos al Callao
Compramos algunas cosas
Y continuamos el viaje.. Hasta que en un recodo
Del camino María paro el autobús y nos bajamos…
Bajamos todos los bolsos, que eran bastante..
Menos mal que la señora llevaba un carrito, de esos para ir al mercado.
Caminamos como 5 horas…
Yo ya estaba cansado. Para colmo faltando poco para llegar al rancho
Se desato un chaparrón de agua…
Por fin divise el rancho, salieron unos perros a recibirnos
Todos estábamos emparamados…
María me dijo que me bañara y después tomara un café, bien negro
Así lo hice. Me acosté en una hamaca y así me dormí..
Bien cansado…. A las 4 de la madrugada.. María empezó a tocar un hierro
Yo me desperté y vi que de las sombras iban llegando… varios hombres…
Me tome un café y una arepa…
María grito… vámonos…
En fila india fuimos saliendo del rancho
Todos con un bolso a sus espaldas.
Caminamos, como 5 o 6 horas
Hasta que llegamos a un sitio
Como una montaña.. María me dio una pala y un pico
Y con voz áspera y tosca, me dijo.. Aquí para encontrar oro hay que trabajar duro…
Entramos a una cueva, y en la medida que entrabamos en ella, se iba poniendo
Más oscuro. María me dijo… aquí yo he encontrado varias pepitas.
Saco dos linternas, de esas que se ponen en la frente
Las prendimos y vi con asombro, varias pepitas en el suelo.
Yo quise recogerlas, pero ella me dijo
Esas no valen nada.
Empezamos a sacar tierra
Y en ese lapso de tiempo, duramos como 4 horas.
Ya yo estaba cansado, me dolían los brazos
Me senté en el piso de la cueva
Alumbre hacia adelante
Y vi una piedra que brillaba.
Enseguida grite… oro… oro..
Cállate dijo María
Vamos a recoger esto que parece bastante
Y nos vamos…
Cuando salimos, vimos que nos estaban esperando.. Como 12 tipos
Mal encarado.
Dennos el oro y si no se mueren.
María me dijo por señas que no les diera la bolsa con el oro
De pronto me dieron un golpe en la espalda, caí al suelo, y siguieron dándonos patadas.
No sé cuánto tiempo duramos tendidos en el suelo.
Cuando desperté, había un indio
Poniéndole a María paños con unas hojas en la frente.
Yo ya estaba decidido a no seguir
Le dije a María
Yo me voy
No sigo en esto…
No había terminado de hablar, cuando llegaron más malandros
A terminarnos de robar…. Esta vez se robaron todo….
Yo quede sin un centavo.
Ni siquiera el pasaje de regreso…
Entre en reflexión
Y me dije
A mí mismo
Que peligro es la emoción
Autor: Miguel Hernández Ledezma.