Vamos por la vida y conocemos rostros, voces e historias
de familiares, amigos y vecinos
y en los encuentros nos parecen completos
piezas necesarias en el rompecabezas del alma
Al vernos nos dicen el nombre, nos dan un abrazo
y somos algo para ellos
y se siente grandioso saberse parte de la tribu,
intercambiar trazos de existencia,
contarnos cómo van las cosas, hacernos un chiste,
ponernos al día con lo que ha sucedido
y decirnos bajito el último chisme que nadie lo sepa.
Vamos por calles y edificios
subimos a un buz
intercambiando palabras como riachuelos
se siente que estamos en los otros
y ellos también en uno
La verdad somos uno y todos
individuo y multitud
Pero hoy me he dado cuenta
que se acerca un tiempo donde los rostros se borran
y la voces se apagan
el momento de no estar en ningún recuerdo
cuando se vayan los que conocen mi rostro
y sonríen al ir mi voz
es cuando morimos una muerte llamada olvido
porque nuestros ojos no se encuentran
y los recuerdos son islas de otros universos
Cuando se apaguen las últimas voces
yo se que Tu me llamarás por mi nombre.