En una noche lluviosa
con un manto sin luceros
puse atento mi oido,
para escuchar un secreto.
¿quieres ver el cielo
en esta mojada tierra?
Ve tranquilo y despacio
a una galería ajena.
Salí casi volando
abriendo ventanas y puertas
en un laberinto inmenso
donde perdido encontré
lo que en secreto escuché
Ahí estaba ella
como constante belleza,
ahora la describiré
de la cabeza a los pies.
Su pelo no era peinado,
sino una cascada lo era
esa hermosa cabellera
cubriendo parte del ser.
Dos estrellas eran sus ojos
y venus dió su color
para esos labios rojos.
Bajando veo un arco iris
terminado en su conjunto,
dos cántaros que en su interior
dicen que gotas de oro
contienen en lo profundo.
Una cintura delgada
con caderas de duro marmol
dos columnas hasta los pies,
torneadas y lisas andando.