Detengo mi paso, en seco
me agacho y salto
extiendo mis brazos y mis pies
y bailo al ritmo de la música del silencio en medio del universo
Decido definirle un rumbo a mis palabras y a mis huellas
hasta aquí ya no más andar por las veredas
no más ser un péndulo que se mueve al sí y al no
ya no le prendo ni una vela más a la tristeza
ni le escribo versos al pesimismo
Recojo lo que he dejado suelto a mis espaldas
tomo lo que puede ser de provecho
y entierro mis fantasmas y mis miedos
No me darán más órdenes los muertos
Alguien gritó mi nombre y me dijo “sal fuera”
y yo nada más le obedezco
Se me ha hecho muy largo el tiempo este de estar muerto
ya me cansé de tanta oscuridad,
de estas vendas y este hedor
no me importa explicarme nada, ni entender lo que ha pasado
sólo se que alguien gritó mi nombre y me dijo “sal fuera”
y ¡cómo sea!, con este pobre intelecto
con estos añicos de sentimientos
con este olor a fallecido
yo nada más le obedezco
Dejo atrás las sombras y el frío de la caverna
y declaro que las palabras no me gobiernan
que ellas me pertenecen
y sólo llevan en sus lomos de caballo
el mensaje de mi alma
Que soy siervo del que me llamó con "todas sus fuerzas"
desde afuera de esta tumba
y ha dicho a la gente “desatadle y dejadle ir”
Ya a esta altura de mi vida puedo decir sin ofensas
que no existen gnomos ni hadas
ni es persona la poesía, que me enseñe o que me salve
sólo el conflicto de los siglos
para los hombres y mujeres en todos los lugares y tiempos
que se resuelve renunciando a sí mismo y considerarse muerto
tomar su cruz con cariño y seguir al Unico Maestro.
De aquí en adelante tomo partido con la esperanza
con la acción, lo positivo y el esfuerzo
no comercio mi paz por “todos los reinos del mundo”
ni existe vicio o placer que pague un segundo el espanto
de dejar de ser Su hijo
Proclamo que canto a la vida, a mi Señor y a su Reino
que la belleza, el arte, la ciencia y el trabajo son un rezo
que no hay mal que valga la pena aunque se disfrace de bueno
No decido este camino por interés o por miedo
pues aunque no hubiera cielo como dice el soneto
igual lo mismo le quiero
yo le sigo porque no tengo sentido sin El
no me explico quién soy, para dónde voy, ni de dónde vengo
yo en El hallo todas las respuestas
me encuentro a mí mismo, me siento completo.
Antes de El o sin El definitivamente me pierdo
De aquí en adelante me apunto con la esperanza
con la acción, lo positivo y el esfuerzo
El gritó mi nombre y me dijo “sal fuera”
y yo nada más le obedezco.