Aquellos amantes abrazados,
sintiendo el latido de su corazón;
de apoco enlazaban sus manos,
de apoco despertaban su pasión.
Él su cabello recorría
y el perfume de su piel lo cautivó;
ella suave y en silencio lo tocaba
y en un beso apasionado todo aquello comenzó.
Las caricias en sus cuerpos,
suavemente y sin correr,
las sonrisas en sus bocas;
erizándose su piel.
De a poco sus ropas despojaban,
de apoco aumentaba la respiración;
en la oscuridad sus cuerpos se fundían,
en la oscuridad el éxtasis reinó.
Y aquellos amantes abrazados
siguen juntos y encontrándose los dos;
trazando a pulso su inolvidable historia,
dejando huella siguen en un mismo corazón.