Ciega sin su luna
La noche espesa las lagrimas confirmada
Para esas invitaciones avocadas a leerse con la voz de un día pintado a cristal
Al igual que todos los sueños
En que besas el imantado labio
De una cúspide perfecta
Como el cuerpo que dejas a embalsamar
Con sueños y aguas de lluvia
Regando el remanso crujido de la catarata
Llevando tu cabeza como los viajes al rio
Donde toman sedientas canciones
Inundándote hasta los ojos
Queriendo ser escuchadas
Como las maneras para hacer frente a la existencia
Que pone en duda, mi deleznable cuerpo,
Aunque sea lamina de estrellas
Es alcatifa de tus suelos
Tu alcázar ampliado a los cinco horizontes
Depende de tu extrema sensibilidad atenta al despliegue de la lluvia sobre la ciudad
Arrojando a sus vecinas nubes un sinfín de miradas